El verano y sus actividades concluyeron. Si tus hijos aprovecharon los beneficios de realizar actividades extracurriculares, haciendo deporte, practicando algún instrumento o viendo a sus amigos, felicidades. Este es el mejor momento para que lo hagan ya que el verano es una periodo de descanso, socialización y tiempo libre para reforzar las otras áreas de desarrollo de los niños y jóvenes.
Si este no es tu caso, no te preocupes. Ahora ya lo sabes y por lo mismo encárgate de que el siguiente verano tu hijo realice actividades extracurriculares que apoyen su desarrollo cultural y motriz. Sin embargo, las actividades divertidas y recreativas no tienen porque ser exclusivas de esta época del año. Por esto es importante que tu hijo las continue realizando a lo largo de su ciclo escolar. Ayúdalo a entender que la única diferencia es que en el verano él las puede realizar sin estar comprometido con el ámbito académico que implica el colegio.
Al joven se le debe permitir elegir las actividades que más le gusten. Entendemos que, como padre, siempre buscarás lo mejor para tu hijo. Es normal que ellos quieran probar cosas diferentes porque así ellos se organizan y descubren lo que les gusta y disgusta.
Diferentes actividades impactan el cerebro de tu hijo a mediano y largo plazo. A través de ellas lo podrás ayudar a alcanzar su máximo potencial de la forma que a él más le guste.
Debes saber que los puntos a tomar en cuenta están relacionados con la plasticidad cerebral del niño y joven, esta refiere a la capacidad del sistema nervioso de cambiar y generar conexiones neuronales mejoradas. La asociación es esta: a mayor plasticidad mayor capacidad de aprender, mejor solución de problemas y adaptación.
Los beneficios de las actividades extracurriculares:
La estimulación musical
Influye positivamente en el desarrollo cognitivo de cualquier persona. Contribuye al desarrollo de las destrezas psicomotoras, emocionales y sociales. Para que dichas asociaciones se hagan tuvo que haber ocurrido un arduo proceso en ambos hemisferios cerebrales. Como consecuencia se generan nuevas asociaciones visuales, espaciales y verbales.
Esto quiere decir que aprender y tocar un instrumento no es solo ruido y música. También es un duro desarrollo neuronal que tu hijo esta haciendo por mero gusto. Por otro lado, la educación musical no es solo tocar un instrumento, sino también escuchar música de forma pasiva, como lo hacen los adolescentes.
Poseen componentes corticales y subcorticales en el cerebro.
Generan una transferencia de aprendizaje y mejoran funciones ejecutivas como la memoria, discriminación auditiva y visual, aprendizaje de secuencia motora, lenguaje y pensamiento lógico- matemático.
Lo mencionado se desplaza a las habilidades sociales y al rendimiento e incremento de coeficiente intelectual a largo plazo.
Se recomienda que ayudes a tu hijo a involucrarse, si este así lo desea. Si tu hijo no posee aptitudes para dicha destreza, no te preocupes, él puede escuchar música y lo efectos serán, en menor medida, similares. Ahora, que si tu hijo no gusta de la educación musical siempre estará la siguiente opción que son los deportes.
La estimulación física.
El ser humano esta hecho para moverse, gracias a el es que la persona se desarrolla y genera masa muscular que le permitirá consolidar su estructura anatómica óptima para la funcionalidad del ser.
La activación física le permite al niño tener momentos de diversión, felicidad y aprendizaje.
Lo induce de forma motriz en el ámbito social dándole elementos estimulantes para fortalecer su autoconcepto y su mente.
Las actualizaciones de la neurociencia nos ha demostrado que el intelecto no solo se mide por conocimientos y que la actividad física prolongada produce cambios funcionales en el sistema segregando hormonas como serotonina, dopamina, noradrenalina, entre otras.
Este proceso permite el óptimo desarrollo de los procesos cognitivos complejos como la memoria y la atención.
La activación física prolongada desde temprana edad reduce el riesgo de enfermedades mentales como depresión o ansiedad.
El mejor ejercicio que aporta al proceso cognoscitivo es el cardiovascular o el aeróbico, es decir, caminar, trotar, correr, bailar, bicicleta.
El deporte planificado desde un punto de vista pedagógico genera valores sociales y personales que contribuye al desarrollo integral de la persona.
Es recomendable que, como padre, sepas el enfoque que tiene el centro deportivo o el entrenador de tu hijo. Toma en cuenta que parte de su desarrollo social depende en gran medida de dicho aspecto.
Hay muchas otras actividades extracurriculares que tu hij@ puede hacer como pintura, idiomas, clase de baile, artes marciales, cocina, por mencionar algunas. Aquí lo importante es que apoyes sus decisiones y le expliques que cada elección conlleva responsabilidad. Todo esto se traslada a la vida adulta, cada decisión y actividad que desarrolle en la infancia y adolescencia serán herramientas que lo ayuden a convertirse en un adulto funcional y adaptable.
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